Incidentes en Minneapolis (Foto: AP)

El asesinato de un afroamericano a manos de un policía blanco en la ciudad de Minneapolis el pasado 25 de mayo despertó una serie de protestas y conmoción social en Estados Unidos.

Y fueron varias las personalidades del mundo deportivo y de la NBA en particular que salieron a la luz en sumarse a los pedidos de justicia luego que el policía en primera instancia sólo fuera despedido de la fuerza hasta que finalmente un fiscal pidió su detención y acusó de homicidio en tercer grado, una caratula que no dejó conforme a nadie y propagó más los reclamos y furia.

En Estados Unidos el problema racial no es nuevo; no obstante, en este caso en particular las protestas llegaron junto con saqueos a comercios y empresas que se extendieron a lo largo del país durante una semana y hasta hubo marchas de solidaridad en otras partes del mundo. En Minneapolis y Saint Paul se calculó que 230 propiedades sufrieron destrozos y eso obligó a que las autoridades reforzaran la seguridad y decreten el toque de queda para frenar los disturbios.

La víctima, George Floyd, de 46 años, era conocida del ex base Stephen Jackson (Golden State, San Antonio, Detroit), quien lo consideró “su hermano gemelo” y fue uno de los primeros en salir a pedir justicia en tanto que LeBron James se encargó de llevar el tema a la red de twitter. El astro de Lakers posteó el vídeo que incrimina al ahora ex policía (Derek Chauvin) y añadió la frase “¿Entienden ahora? ¿O todavía se ve borroso? ”. Detrás de él hubo varios jugadores y ex jugadores que se sumaron al repudio: Donovan Mitchell (Utah Jazz), Bradley Beal (Washington Wizards), Zach LaVine (Chicago Bulls), Dwyane Wade y Jamal Crawford, entre muchos otros.

En la NBA además hubo reclamos colectivos como los del plantel de Minnesota Timberwolves y los comunicados de Lakers, Sacramento Kings, Cleveland Cavaliers y Portland Trail Blazers.

A ellos se añadieron dos personalidades como Michael Jordan y Kareen Abdul Jabbar, quienes siempre se caracterizaron por no traspasar las fronteras del deporte, pero que esta vez también expresaron su enojo, el segundo con una columna en el periódico Los Angeles Times.

En medio de todo esto también se produjeron connotaciones políticas cuando el presidente de EE.UU, Donald Trump, en un contexto inapropiado “prometió balas” para los saqueadores y el que se encargó de responderle fue el entrenador de Golden State Warriors, Steve Kerr, quien dijo “Esto pasa porque los racistas no deberían ser presidentes”. Se sabe que la relación entre el presidente y el mundo NBA nunca ha sido la más armoniosa y este resultó otro ejemplo.

El hecho se desencadenó cuando Floyd entregó un billete de 20 dólares falso en una tienda y fue capturado y esposado por la policía. Chauvin, un ex marine y con entrenamiento especial, abusó de su autoridad y por casi 10′ presionó con su rodilla el cuello de Floyd contra el asfalto pese a las suplicas para poder respirar y fallecer por asfixia. Ninguno de los otros tres agentes policiales presentes en el operativo detuvo a Chauvin y por eso la gente también pidió castigo. Todo se filmó por cámaras de la ciudad y celulares de transeúntes y se viralizó por las redes.