Stephen Curry (Foto: NBA)

Golden State Warriors y Boston Celtics protagonizarán a partir del próximo 2 de junio la 75º edición de la Final de NBA después que éstos últimos sellaran el título de la Conferencia Este.

Esta será la segunda vez que se enfrentarán en una definición. La anterior se dio en 1963/64, cuando el hoy Golden State Warriors, se llamaba San Francisco Warriors y ganó Boston 4 a 1.

El presente lo tiene a priori como candidato y con ventaja deportiva a Golden State, que cerró la fase regular de la Conferencia Oeste con 53 victorias y 29 derrotas, detrás de Phoenix Suns (64-18) y Memphis Grizzlies (56-26) mientras que Boston (51-31) en la Conferencia Este terminó en la misma posición después de Miami Heat (53-29) y Milwaukee Bucks (51-31).

A pesar de que ha tenido temporadas más dominantes que la actual, en los playoffs el camino a Golden State le terminó siendo menos empinado. En la primera ronda venció a Minnesota 4-2, luego a Memphis 4-2 y Dallas 4-1. Por su parte, Boston dejó atrás a Brooklyn 4-0, Milwaukee (campeón defensor) 4-3 y Miami 4-3. Los Celtics (17 títulos, la franquicia más ganadora con L.A. Lakers) no arribaban a una final desde el año 2010 y Golden State (6 títulos) la última fue en 2019 (llegó a las finales en seis oportunidades en las últimas ocho temporadas).

Golden State como Boston se sustentan principalmente en dos Big Three que no sólo tienen el protagonismo sino que además concentran el grueso de la masa salarial. El del equipo de San Francisco ya lleva años compuesto por Stephen Curry, Klay Thompson (se recuperó de una larga lesión y jugó media temporada) y Draymond Green y está dirigido por Steve Kerr. A ellos se les suma el principal rebotero (Kevon Looney) mientras que el Boston es menos marcado y de más reciente data (Jayson Tatum, Marcus Smart y Jaylen Brown) sumado el dominicano Al Horford bajo los aros y líder en rebotes. Una de las curiosidades fue que Boston (desde junio con el debutante Ime Udoka como técnico) hasta enero naufragaba en la mitad de tabla.