Giovanni Petrucci (Foto: Getty Images)

La Federación Italiana (FIP) dio por concluida la temporada de la liga de Primera División «A» como consecuencia de la emergencia sanitaria que afronta el país provocada por la pandemia de coronavirus (COVID-19). De esta manera, el máximo título italiano quedó desierto.

La determinación había sido anticipada días atrás por diferentes medios periodísticos italianos pese a que la FIP se tomó una semana en debatirla entre los clubes y hacerla pública.

En un parte de prensa el presidente de la FIP, Giovanni Petrucci, observó “Desde las medidas oficiales no surge una fecha respecto de reanudar las actividades deportivas en condiciones de seguridad, por lo que no se puede pensar en jugar al baloncesto, en particular en aquellas áreas geográficas más afectadas por la epidemia. Además las indicaciones sobre el distanciamiento social serían imposibles de implementar en un deporte de contacto como el básquetbol”.

Adicionalmente a los problemas ajenos la liga presentaba otros en el frente interno como para reanudar el torneo y era la partida de la mayoría de los extranjeros que en las plantillas de los clubes italianos ocupan un lugar importante. Una eventual reanudación bajo esas condiciones implicaba hacerlo con equipos bastante diferentes a los que iniciaron la temporada.

La liga italiana estaba suspendida desde el pasado día 8 de marzo. Oportunamente se fijó como fecha para volver el pasado viernes 3 de abril y tras descartarse jugar a «puertas cerradas» se llegó a la conclusión que no había condiciones para jugar a corto plazo. Con esta decisión se colocó fin al tendal de pérdidas que significaba tener la liga detenida y en la indefinición.

Al momento de la suspensión a la fase regular le restaba casi un tercio y Virtus Bologna -actual subcampeón intercontinental- era líder de la competencia con 18 triunfos y 2 derrotas seguido por Sassari (16-5). En última posición solitariamente estaba el histórico Basket Pesaro (1-19).